Conexiones
>> sábado, 20 de marzo de 2010
El que camina deja huella.
Abro los ojos.
Estoy conectada a una máquina que mantiene mis constantes vitales estables.
La camilla de al lado está vacía.
No hay cambios.
pasa otro día.
Igual.
Se está bien. Tranquila.
Me pregunto si los pelos de mis piernas han crecido mucho.
No importa.
Vienen a lavarme. Preferiría hacerlo yo pero vivo con ello.
La camilla de al lado ahora está ocupada.
Él también está conectado a una de esas máquinas.
Cuando le miro, sus constantes vitales se aceleran.
Es porque le gusto o es porque le incomodo?
Cualquier día despierto y retomo mi vida.